Capítulo 16.3: Delgadez, pérdida de peso y desnutrición
(Continúa)
FISIOPATOLOGÍA
ETIOLOGÍA
Con frecuencia la delgadez se debe a la deficiencia en la ingesta de alimentos y se asocia con desnutrición; pero este concepto simplista no siempre es real y cuando el diagnóstico etiológico no se presenta tan claro, el médico se obliga a revisar otras causas que motivan este estado en el paciente. La pérdida de peso en un niño tiene frecuentemente consideraciones relacionadas con la alimentación por ingesta inadecuada, por gasto excesivo de energía y a su combinación y no es rara la participación de alguna patología parasitaria o infecciosa banal; no así en el adulto en el que la pérdida inexplicable de peso siempre representa la necesidad de llevar a cabo procedimientos de diagnóstico de mayor profundidad porque puede ser resultado de una enfermedad grave. A continuación, se revisarán algunas causas que deben ser consideradas por su frecuencia:
Catabolismo patológico. En el niño, la delgadez puede ser debida a parasitosis intestinal, en donde además de la pérdida del peso corporal, se encuentran otros datos que tienen relación con la parasitosis, como son los cuadros diarreicos frecuentes, la presentación de helmintos en las evacuaciones, etc. El laboratorio puede mostrar anemia y eosinofilia; por supuesto, el estudio coproparasitoscópico será definitivo para el diagnóstico etiológico.
En las infecciones crónicas o repetidas, como las del tracto respiratorio (faringitis, amigdalitis, traqueítis, bronquitis, etc.) o del aparato urinario (pielonefritis). En las infecciones sistémicas (salmonelosis, brucelosis, endocarditis bacteriana, etc.) es frecuente observar que aunque la alimentación sea útil, se puede presentar una disminución de peso en forma importante.
Cuando la infección es producida por el Mycobacterium tuberculosis, se tendrá que echar mano de pruebas de laboratorio y gabinete, en forma sistémica, ya que en ocasiones la única manifestación clínica que presenta el paciente es una pérdida de peso aparentemente injustificada. Algunas pruebas que se pueden practicar son la baciloscopia, la intradermorreacción de Mantoux y la telerradiografía de tórax, entre otras.
Se ha hecho mención concreta del niño, pero, por supuesto, todo lo anteriormente expuesto es válido en cualquier edad.
En los padecimientos neoplásicos la pérdida del peso corporal es con frecuencia la primera manifestación clínica y la que lleva al paciente a asistir a la consulta médica. En estos casos el médico debe desarrollar una minuciosa investigación clínica, ya que además de que se llegue al diagnóstico, éste deberá ser realizado con rapidez, debido a que algunas veces el tratamiento no podrá ser efectivo por lo avanzado del caso.
Insuficiencia metabólica del hígado. Las afecciones hepáticas ejercen una influencia extraordinaria sobre la nutrición, siendo bien conocida la pérdida de peso que experimentan los pacientes cirróticos. Debe recordarse que en estados avanzados del padecimiento, el enfermo eleva su peso corporal debido a la retención de líquidos, en parte causada por la hipoproteinemia. El aumento de peso por esta razón se observa con frecuencia también en los cuadros de desnutrición importantes.
En los casos de alcoholismo crónico, además de la afección hepática, los pacientes experimentan una disminución de peso debida a la atrofia muscular, producida por la neuritis periférica.
Metabolismo acelerado. Algunas enfermedades de origen endocrino pueden cursar con delgadez. En el hipertiroidismo, la disminución del peso corporal, puede ser lo que motive la consulta médica originalmente. Sin embargo, el estudio clínico demuestra la presencia de alteraciones a nivel de otros aparatos y sistemas que orientan al diagnóstico etiológico.
La insuficiencia de la glándula suprarrenal o enfermedad de Addison puede ser motivo de adelgazamiento del enfermo. Es estos casos se encuentran manifestaciones asociadas, como discromías en la piel de cuello, manos y mucosas. Los estudios de laboratorio específicos para conocer la función suprarrenal confirman el diagnóstico.
En la enfermedad de Simmonds (caquexia hipofisiaria) la anorexia es el síntoma más aparente. En la forma grave de insuficiencia del lóbulo anterior de la hipófisis; es más frecuente en mujeres después de un parto complicado con hemorragia profusa o infección.
En muchas ocasiones la disminución del peso corporal es debida a la diabetes. Esto se presenta especialmente en jóvenes, en cuyo caso una minuciosa investigación de los antecedentes hereditarios y un cuidadoso examen clínico, pueden dar luz en el diagnóstico. Las cifras elevadas de glicemia confirman definitivamente la impresión clínicas (cuadro 20.3).
Ingesta insuficiente. Otra causa de delgadez es la ingesta insuficiente o desequilibrada de alimentos por causas socioeconómicas, culturales y educacionales, y la anorexia secundaria a enfermedades físicas o mentales. La llamada anorexia nervosa y la bulimia nervosa, más frecuentemente observadas en mujeres jóvenes, aunque actualmente se ven cada vez más en hombres, sobre todo homosexuales y en mujeres no tan jóvenes, son procesos debidos a la falta de ingestión de alimentos, cuyo fondo etiológico se encuentra en un desequilibrio emocional, dado habitualmente por el medio ambiente. El factor desencadenante es en ocasiones el deseo de disminuir de peso para ser más atractivo. Esta disfunción emocional crea en ocasiones manifestaciones importantes de desnutrición, lo que complica notablemente el proceso (cuadro 20.4).
La reacción depresiva cursa generalmente con anorexia, lo que motiva pérdida importante en el peso corporal. El estudio psiquiátrico en estos casos puede llevar a conocer el factor desencadenante de la misma y así plantear el tratamiento adecuado.
Por último, debe mencionarse que la disminución de peso en muchas personas “sanas” es intencionada, con el fin de ser “mejor aceptados en la sociedad”. En estos casos el paciente refiere el uso de medicamentos anorexigénicos laxantes, diuréticos y hormonas tiroideas, que muy frecuentemente son automedicados, así como dietas exageradamente rigurosas que en ocasiones los orilla a una delgadez excesiva y patológica y que incluso puede tener efectos adversos de tal magnitud que llegue a poner en peligro la vida, como en el caso de los pacientes con anorexia y bulimia.
Debe hacerse mención de los procesos del tracto digestivo que afectan principalmente el esófago y los cuales impiden el tránsito de alimentos, tales como la acalasia, y la estenosis esofágica por esofagitis péptica.
Manifestaciones clínicas. El principal signo es la pérdida de peso en relación al peso ideal del individuo; sin embargo, podrá traer aparejado una serie de manifestaciones generales como astenia, adinamia, irritabilidad, etc. y las que dependen de la causa desencadenante; pero en la desnutrición, se encontrará todo el cortejo sintomático constituido por diarrea, meteorismo, atrofia muscular, parestesias, síndrome anémico, anemia hipocrómica de algún nutriente específico (malnutrición), como sucede en el raquitismo, escorbuto, beri beri, etc. Para una mayor revisión de estas manifestaciones, refiérase al tema MALA ABSORCIÓN INTESTINAL.