Menu

Content

Con relación al tema de ACTITUD DEL MÉDICO, anexo algunas re­flexiones de médicos relevantes de nuestro tiempo :

Bioética, perspectivas futuras

José Kuty Porter
Ex director de la Escuela de Medicina La Salle, México

...Dentro de su dimensión ética es absolutamente necesario tratar la interrelación del ser que padece una enfermedad con el equipo de salud que cuida de él.

No se puede hablar de los derechos humanos del paciente y del equipo de salud que lo atiende sin apuntar primeramente que la medicina, la filosofía moral y el humanismo se han desarrollado gradualmente en forma paralela, pero no siempre similar. Los avances logrados por las ciencias biomédicas durante las idti- mas dos a tres décadas, han sido espectaculares.

Hoy la mediana y su enfoque ante la sociedad enfrentan una gran cantidad de variables, de posibles conflictos, de problemas complejos y difíciles. Nos enfrentamos a nuevos terrenos ocasionados por novedosos métodos terapéuticos y técnicas de diagnóstico.

Es así que, gracias a los avances espectaculares de las ciencias biomédicas, se ha duplicado el promedio de vida del hombre, se han dominado las epidemias que diezmaban a las naciones —cierto, apareciendo otras que amenazaban constituirse en pandemias—; la mortalidad infantil elevadísima ha disminuido notablemente- Dentro de su dimensión ética es absolutamente necesario tratar la interrelación del ser que padece una enfermedad con el equipo de salud que cuida de él.

No se puede hablar de los derechos humanos del paciente y del equipo de salud que lo atiende sin apuntar primeramente que la medicina, la filosofía moral y el humanismo se han desarrollado gradualmente en forma paralela, pero no siempre similar. Los avances logrados por las ciencias biomédicas durante las idti- mas dos a tres décadas, han sido espectaculares.

Hoy la mediana y su enfoque ante la sociedad enfrentan una gran cantidad de variables, de posibles conflictos, de problemas complejos y difíciles. Nos enfrentamos a nuevos terrenos ocasionados por novedosos métodos terapéuticos y técnicas de diagnóstico.

Es así que, gracias a los avances espectaculares de las ciencias biomédicas, se ha duplicado el promedio de vida del hombre, se han dominado las epidemias que diezmaban a las naciones —cierto, apareciendo otras que amenazaban constituirse en pandemias—; la mortalidad infantil elevadísima ha disminuido notablemente-

La filosofía reconoce que todo hombre es persona, comprendiendo la totalidad y la dignidad de la misma. Presupone que el valor supremo de la persona es su vida misma y la exclusividad de su identidad.

Esta identidad de la persona es lo que la hace responsable de su propia conducta. La persona es dueña de sus actos y sus decisiones fundamentales; incluso el concepto de su propio ser de persona parte de sí misma. Ser persona, por consiguiente, supera el concepto netamente organisista, porque implica su propia libertad.

Hl ser humano no es solamente consecuencia de la naturaleza. Ser hombre implica la individualidad, la exclusividad e irrepetibilidad, implica la intercomunicación del entendimiento y de los efectos deseados desde la libertad. El hombre “se revela como dotado de una intimidad radical desde la cual se puede interiorizar todo el mundo y nadie puede arrebatárselo, a la vez que permanece con una radical libertad frente a ese mundo y frente a sí mismo".

El hombre es el único ser verdaderamente libre que hay en nuestro universo material. Su libertad se mani fiesta como poder de la naturaleza, frente a los mismos datos y hechos reales que le presenta el conocimiento, “que puede admitir o negar frente a las demás libertades”.

Ea dignidad humana es la dignidad de un ser que es en sí mismo por ser persona. La personalidad es algo esencial al hombre, no es una simple cualidad que adquiere: se tiene por ser hombre. El valor de la persona no se da por lo que produce a lo que tiene, ni por su inteligencia, edad o grado de desarrollo, sino que deriva de su esencia misma, de su realidad ontológica. Por ello también requerimos de una antropología de la dig-nidad humana, porque en los casos en que ésta es más vulnerable, como lo es en los extremos de la vida, es decir en la etapa gestación al o en el fin de la misma, o en las personas enfermas o discapacitadas, especialmente en los deficientes mentales, la correcta conceptualización y la valoración del concepto de personas, permiten observarla dignidad que existe en estos estados, a pesar de su improductividad social y económica o de su aparente falta de autonomía.

Comprendiendo en toda su magnitud el principio del respeto a la dignidad del hombre, podremos entonces valorar la importancia de este factor como esencial derecho humano   y no solamente como. respeto a su dignidad; respetando su autonomía, su confidencialidad, su intimidad, comprendiendo su sufrimiento, compartiéndolo con el de sus familiares, sirviéndolo en forma compasiva, misericordiosa y eficaz.

Ante el panorama médico, filosófico y humano antes descrito, es que aparece la preocupación en el mundo médico por aplicar la ética que, en la propia acción médica, consiste en la estrategia básica que debe fortalecer a los profesionales de la salud ante su responsabilidad integral

Su propósito estriba en que las decisiones médicas sean mejor meditadas para que sean más rigurosos intelectualmente, de tal manera de poder construir mejor una teoría integral y coherente para la atención médica, basada en principios universales aplicables a todas las situaciones y que justifiquen plenamente una línea de   aplicable en cada caso en particular. En el lenguaje de la atención médica actual, hay un término que surgió hace poco más de tres décadas, el de BIOÉTICA, neologismo compuesto, resultado de la unión de dos conceptos: vida (bios) y ética (ethos). Dichos conceptos son fijos y universales.

El principal responsable del neologismo fue POTTEK, quien en 1971, en el Instituto de Etica Joseph and Rose Kennedy, de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C., se ocupó de los aspectos éticos de reproducción humana. A partir de 1973 en Estados Unidos, la bioética fue objeto de innumerables estudios, se efectuaron congresos, se publicaron artículos y se editaron revistas especializadas. En 1978 hizo su aparición una obra magna, la Enciclopedia of Bioethics, compuesta de cuatro volúmenes, en la que se presentaron cuestionamientos y diversas facetas éticas de la vida y de las ciencias de la medicina y la salud.

LA “Encyclopedia of Bioethics”, también en 1978 definió a la bioética como el ‘Estudio Sistemático ” de la conducta humana, en el ámbito de las ciencias de la vida y de la atención de la salud, en cuanto a que esta conducta es examinada a la luz & ^os val°res humanos y de sus principios. Una definición más precisa parece la presentada por  E SGRECCIA: “La bioética puede concebirse como aquella parte de la filosofía moral que considera lo lícito de los actos relacionados con la vida del hombre y particularmente de aquellos actos relacionados con la práctica y desarrollo de las riendas médicas y biológicas” La ética de la atenáón médica tiene tres objetivos estratégicos:

1.- Catalogar y determinar éticamente las innovaciones de la atención médica, en cuanto a sus usos (fo-mentar, aprobar, permitir o autorizar), límites de aplicación, conveniencia de financiamiento y dispo-nibilidad. Es necesario evaluar éticamente todos los nuevos procedimientos e intervenciones en la atención médica, dando oportunidad a que los hombres: agentes y receptores, puedan practicar y determinar su propio destino, en lugar de someterse ciegamente a los “progresos tecnológicos”.

2.- Proteger los derechos humanos frente a los avances en biología y medicina. El desarrollo de las investigaciones sobre nuevos medicamentos, procedimientos y aparatos: conlleva la obligación paralela de proteger los derechos humanos, personales y sociales. Para ella debe darse énfasis a: a) la formación y adiestramiento del personal de salud en cuanto a los problemas éticos en las investigaciones en seres humanos y animales, b) A.I fomento y actualización de normas éticas.

3.- Establecer organismos, consejos, grupos de estudio, etc., encargados de conocer y estudiar los problemas éticos y morales planteados por los nuevos y los futuros adelantos en materia de biología y medicina.

Como inicialmente lo mencioné, los notables avances de las ciencias biomédicas, han abierto posibilidades nunca antes imaginadas. Desafortunadamente, los elementos bioéticos que debieran conformarlos no han corrido parejo con ellos; es por esta razón que debemos ocuparnos con la difícil tarea de revisar las normas de conducta que deben regir nuestra actuación. De aquí también la enorme importancia que adquiere la enseñanza de la bioética con valor curricular en el estudiante de medicina, lo que actualmente sólo se lleva a cabo en algunas de las escuelas de nuestro país.

Afortunadamente las conquistas fundamentales del hombre: ciencia y cultura, no son opuestas, se complementan una a la otra de una manera armoniosa, cuando el “médico sabe reunir en su ser talento y sensibilidad", tal como en alguna ocasión lo expresara el maestro IGNACIO CHAVEZ y, para citar nuevamente a este gran hombre que supo unir ciencia y cultura de una forma por demás armoniosa: “el verdadero espíritu humanista del hombre de ciencia, del médico capa% de equilibrar su saber con su quehacer, será el que le permita apartarse del pragmatismo puro como filosofía de la medicina y le obligue a no aceptar los acontecimientos sin profundizar en su explicación... es así que, será capaz de encontrar una mejor forma de comprender los problemas que conlleva nuestra medicina en la actualidad: a menudo fragmentada en muy pequeñas porciones, plena de acontecimientos, pero pobre en valores humanos, siendo capas^ también de colocar los “avances" de la ciencia dentro de su dimensión más exacta y comprendiendo lo que en ella aún hay de empírico y lo mucho que aún queda por conocer... ”

Es muy importante recordar al joven médico y a aquellos que se preparan para serlo que los conocimientos, técnicas y destrejas de las ciencias biomédicas, (que tan espectaculares avances han experimentado en las últimas décadas) solamente podrán ser titiles al hombre cuando no se pierda de vista el valor del hombre mismo, entendido éste en su dimensión de cuerpo y espíritu y tendiendo siempre al incremento de sus valores, para hacerlo cada día más dignamente humano...