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Capítulo 16.4: Los síntomas “Ad Latere”

(Continúa)

LUIS MARTÍN-ABREU

ASTENIA
Es la  sensación de debilidad generalizada  con fatiga fácil  y la falta de fuerza muscular con el deseo intenso de estar osos y neoplásicos. El síntoma es muy común en las enfermedades virales: con frecuencia permite sospechar una hepatitis infecciosa incipiente. Es paralela sistemáticamente a padecimientos crónicos, entre otros y muy notable  en la anemia y la insuficiencia  renal.
En su etiología  se han invocado  la hipoglicemia,  la hipoproteinemia, la dieta pobre en  proteínas o escasa en sodio y especialmente el insuficiente ingreso calórico, así como la depleción de Na, K y Ca y magnesio. El factor  psicológico es de las causas más significativas; en esta esfera juega un papel importante el hipotálamo, en donde existe una zona cuya estimulación produce un estado de astenia. A menudo la desencadenan tensiones emocionales o trabajo excesivo. De los padecimientos psiquiátricos, las psiconeurosis proveen el mayor  número de asténicos.
La astenia  es regularmente mal valorada, en un paciente puede hacerse diagnóstico diferente según  lo vea un psiquiatra o un médico general. Es un síntoma que comúnmente acompaña a otros padecimientos, sin embargo puede ser una manifestación única, sin ningún otro acompañante anatomopatológico. Se han identificado síndromes  bien definidos como la neuroastenia y la astenia neurocirculatoria, donde se acompaña de  diaforesis, palpitaciones, nerviosismo, cefalagia desvanecimiento y síntomas gastrointestinales.

BOCHORNOS
El bochorno es la sensación repentina de calor cutáneo, especialmente en la mitad  superior del cuerpo, con enrojecimiento de la piel y puede acompañarse de diaforesis profusa. Se le conoce también como “oleadas de calor” . Por  un mecanismo reflejo aumenta  el flujo sanguíneo en la piel, con ascenso de su temperatura y cambios a coloración rojo o púrpura.
En el síndrome menopáusico, el síntoma evoluciona paralelo a la elevación de las gonadotrofinas; sin embargo, es posible relacionarlo con disminución de estrógenos, ya que en estos casos se presenta a pesar de una baja de gonadotrofinas. Así mismo, es la manifestación más común en el síndrome del carcinoide debido a la elevación de la 5-hidroxi-triptamina (serotonina), que entre otras acciones es capaz de provocar los cambios vasomotores antes mencionados. La elevación de la serotonina se descubre midiendo la excreción del ácido 5-hidroxi-indol acético en orina, los valores mayores de 15 mg  son suficientes para hacer el diagnóstico.
Como el mayor depósito de serotonina en el organismo es la mucosa intestinal, algunos procesos capaces de afectarla, también provocan los bochornos. De esta manera se explica su aparición en el síndrome de vaciamiento rápido del estómago
 
ESCALOFRÍOS
Se considera al escalofrío a la sensación de frío con estremecimiento enérgico del cuerpo y las extremidades, acompañado de piel fría, cianótica, con piloerección y temblor, con dificultades para hablar  por el castañeo de los dientes.
El período dura aproximadamente treinta minutos, no desaparece con la aplicación de frazadas o de otros medios caloríferos y disminuye lentamente con la desaparición del factor etiológico. La finalidad de los calosfríos es proporcionar calor rápido y de hecho logra un aumento en la temperatura hasta de 4ºC.
La circulación capilar periférica se encuentra disminuida, consumiéndose el oxígeno presente, con lo que aparece la cianosis. Al no haber adecuada circulación periférica, la piel permanece fría, en cambio la temperatura rectal asciende gradualmente, hay taquicardia y característicamente aparece una brusca caída de los leucocitos circulantes, esto ha provocado  equivocaciones  en caso de enfermedades infecciosas, por lo que es necesario considerar este hecho cuando se determinan las cifras de leucocitos inmediatamente después de una crisis de calosfríos.
La causa básica  del escalofrío es la presencia de pirógenos en el torrente circulatorio; en general cualquier sustancia extraña a la sangre lo provoca, por ejemplo las bacterias o sus toxinas, al alterar el equilibrio del centro termorregulador. Los calosfríos  son especialmente frecuentes  en el paludismo, también se producen por salmonelosis, bru­celosis, fiebre puerperal y en múltiples enfermedades virales, en particular en aquellos padecimientos que se acom­pañan de cambios cíclicos de la temperatura durante el día (vide supra). No hay que olvidar que el escalofrío o algo que se le parece mucho se produce en reacciones emotivas como miedo y angustia, así como en la exposición al frío y como se ha mencionado (MARAÑÓN) se puede observar como equivalente del estado epiléptico, sobre todo en niños.  

HAMBRE
Debe considerarse que el normal crecimiento y nutrición de los organismos está regulado  de manera muy importante por este reflejo. Hambre se define como la sensación desagradable del deseo de alimentos, a menudo acompañado de contracciones enérgicas y a veces dolorosas del estómago. Apetito es la sensación agradable despertada por la visión, el olor o la representación psíquica de los alimentos. El apetito es una sensación adquirida, subordinada de la experiencia, en cambio el hambre es una necesidad. La anorexia es la sensación contraria o sea la falta de apetito. Polifagia es el hecho de comer mucho (bulimia).
Entre los principales factores para regular el hambre figuran:
El hipotálamo. Existen  núcleos  hipotalámicos considerados sitios principales de la regulación del hambre, afectados por conexiones nerviosas con zonas corticales gustatorias, olfatorias y visuales.
Función tiroidea. El hipertiroidismo eleva las necesidades calóricas al aumentar los requerimientos metabólicos, por lo que se produce exacerbación del hambre. Lo contrario sucede con el hipo­tiroi­dismo.
Hipogenitalismo. En el síndrome adiposo genital o de Fröelich, en los eunucos, en la menopausia y en la andropausia, la glotonería es bien conocida.
Hiperfunción suprarrenal. En este caso existe una profunda alteración del metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y sobre todo las proteínas con catabolismo exagerado.
Factor  psicológico. Puede influenciar en el equilibrio de la regulación del hambre, y provocar obesidad o enflaquecimiento. Se describen la anorexia nervosa y la bulimia nervosa como cuadros patológicos de esa etiología y de hecho, es un factor importante en la obesidad exógena.

En el hambre participa normalmente la hipoglicemia, aunque en la diabetes mellitus puede  haber hipergluicemia y el enfermo estar hambriento. Al igual que la glucosa, puede haber deficiencia de otros nutrimientos a nivel sanguíneo o tisular capaces de estimular o bloquear el hambre.
La anorexia es un acompañante casi obligado de las enfermedades y se hace muy notoria en la hepatitis por virus, en el cáncer gástrico y en la insuficiencia renal crónica; en estos padecimientos el síntoma es una verdadera ayuda para el diagnóstico.
El hambre dolorosa, postprandial tardía es característica de padecimientos gatroduodenales donde, al vaciarse el alimento del estómago, el ácido clorhídrico irrita la zona que está sin la protección de los mecanismos naturales (barrera mucosa, etc.) —típicamente es el dolor de la úlcera péptica— y cede con el nuevo alimento que lo neutraliza.

SED
Sed se define como la necesidad de tomar líquido. Ocurre por diversos mecanismos, entre los cuales, los más importantes son la estimulación hipotalámica, la deshidratación celular y la reducción del líquido extracelular.
Estimulación hipotalámica. Parece haber un “núcleo” capaz de ser estimulado por cambios de osmolaridad plasmática provocando sed;  la destrucción de este centro produce su total inhibición.
Deshidratación celular. El alza de la osmolaridad del líquido extracelular produce deshidratación celular. Cuando disminuye el volumen de las células en 1 ó 2%, se produce sed.
Reducción del líquido extracelular. La disminución del volumen extracelular produce hiperosmolaridad, pero además la reducción del líquido intravascular origina el estímulo para beber agua.
También son parte del mecanismo regulador de la sed, la acción de la hormona antidiurética y las hormonas corticosuprarrenales. Por supuesto en la patogenia de la sed pueden intervenir mecanismos emocionales.
Si bien la sed es un reflejo de la necesidad fisiológica verdadera de agua, existen circunstancias patológicas en las que no la hay, como sucede cuando se agrega depleción del sodio en la deshidratación grave. Por otra parte, cuando hay exceso de agua en el organismo no hay sed, pero si aumenta el cloruro de sodio ingerido, sí se produce. Los dos padecimientos más importantes donde la polidipsia es un dato franco para la  sospecha de la enfermedad son la diabetes mellitus y la diabetes insípida. En cambio, la disminución de la sed (oligodipsia) no es un dato clínico de valor patológico. El organismo fácilmente se habitúa a la reducción de ingesta de líquidos; el contenido de agua de los alimentos puede bastar para cubrir las necesidades del organismo.
La sed puede ser de causa nerviosa (potomanía). En estos casos se trata de individuos neuróticos, sobre todo niños; en ocasiones llegan a ser psicópatas francos. La potomanía puede encontrarse también en mujeres embarazadas. La poliuria es resultado natural del exceso de beber agua y puede conducir al error con los diagnósticos de diabetes; entonces la diferenciación debe considerarse en relación con la nicturia: en las diabetes, la poliuria no respeta la noche, en cambio en la potomanía no existe la nicturia.

ALTERACIONES DE LA LIBIDO
Libido significa instinto, interés o apetito sexual. Sus alteraciones son causa frecuente de la consulta médica, en virtud de la problemática que ofrecen la frigidez y la impotencia. En general, todas aquellas enfermedades que afectan al estado general del individuo traen por consecuencia disminución de la libido: desnutrición, tuberculosis y otras enfermedades infecciosas, enfermedades crónicas y hábitos en relación a drogas (alcoholismo y farmacodependencias en general). Por supuesto, el agotamiento físico y mental son generadores del bloqueo de la libido.
Está notablemente disminuida en padecimientos endocrinos como el hipertiroidismo, la enfermedad de Addison, la diabetes, el síndrome de Cushing y el hipogonadismo.
No debe olvidarse que en la libido participan componentes emocionales muy importantes capaces de alterarla, ya en disminución, ya en aumento, sin que esos componentes deban siempre considerarse como patología mental relacionada con el desarrollo psicosexual de la persona.
Del mismo modo, el climaterio se acompaña de alteraciones de la libido y, a pesar del concepto generalizado, no es rara su exacerbación. En el hipertiroidismo el individuo puede mostrar aumento de la libido y de la actividad sexual.

CEFALEA Y MAREO
La cefalea y el mareo son síntomas fieles acompañantes de mil y una patologías. Su estudio detallado se trata en los capítulos 22 y 6 respectivamente.